La cobertura inalámbrica resulta un factor clave para lograr una óptima experiencia de navegación. No obstante, a veces, una mala ubicación del router merma la calidad del servicio.

Por eso, aquí te contamos algunos conceptos muy importantes a tener en cuenta:

– Altura y posición: Los routers suelen enviar la señal levemente hacia abajo (eso no quiere decir que no emita señal hacia arriba). Por eso, para “facilitarle la tarea”, resulta más práctico ubicarlo en altura. Lo mismo sucede con la posición, es decir, al ser la señal omnidireccional, resulta más efectivo colocarlo en un lugar central del hogar.

– Evitar objetos y estructuras: La señal en sí tiene gran potencia, y físicamente las ondas electromagnéticas son capaces de traspasar los obstáculos. Sin embargo – y de manera lógica – la señal se debilita al traspasar materiales. Por eso, lo más conveniente sería también posicionarlo en un lugar donde haya menos estructuras en su camino. Asimismo, también alejarlo de los materiales metálicos y espejos para evitar el reflejo de las ondas.

– Alejarlo de dispositivos electrónicos: Los routers emiten señal en dos frecuencias generales: 2.4 GHz y 5.0 GHz. Tanto las comunicaciones tradicionales como las antenas de celulares (o los celulares en sí), microondas y radio, solo por nombrar algunos, pueden resultar como un verdadero obstáculo para la señal wifi. Una vez más, la lógica indica que mientras menos compañeros electrónicos haya alrededor, mejor calidad tendrá la señal.

En definitiva, se puede decir que colocar el router en un sector libre de obstáculos, lejos de dispositivos electrónicos, en un lugar central y en altura es lo más óptimo para generar la satisfacción del usuario en la navegación.